Figura 1. Talleres de promoción de la salud a jóvenes veracruzanos (Vallejo, 2014).
Tradicionalmente, se ha señalado que la adolescencia es una etapa de vida en la que las personas tienen deseos de conocer el mundo, pero donde la curiosidad a veces les puede colocar en una condición de vulnerabilidad, como consecuencia de la desinformación ocasionada por algunas falsas creencias que se trasmiten entre los grupos de amigos respecto al consumo de alcohol, tabaco y otras drogas.
Es importante que los jóvenes estén informados sobre los riesgos, daños y consecuencias que puede acarrear el consumo desmedido de bebidas alcohólicas, pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que poco más de tres millones de personas mueren al año por alguna situación relacionada con el consumo de este tipo de bebidas, ya sea por accidentes automovilísticos, enfermedades digestivas, cardiovasculares o cirrosis hepática, por mencionar algunas.
Al consumir alcohol, el Sistema Nervioso Central se deprime; es decir, cuando se consume inhibe la actividad del cerebro, por eso causa efectos como el habla distorsionada, confusión, dificultad motriz, etcétera. Popularmente se cree que al consumir alcohol la persona se desinhibe, pero lo que realmente sucede es que aumenta la producción de un neurotransmisor llamado GABA, un mensajero químico que procesa información hacia el cerebro y que una vez que se libera ocasiona un estado de anestesia y dificulta la capacidad para tomar decisiones reflexivas; lo que puede poner al consumidor en situaciones de riesgo.
Así también, el consumo de alcohol interfiere en los procesos de maduración de la corteza prefrontal del adolescente; es decir, del área del cerebro que está en la frente y que permite explicar el control que se puede tener de la conducta, la personalidad e incluso las capacidades cognitivas; y aunque el alcohol no mata neuronas, perjudica la sinapsis o consolidación de las conexiones entre éstas, afectando funciones como la memoria, el razonamiento y el pensamiento.
Éste es un dato alarmante, pues de acuerdo con la Encuesta Nacional de Alcohol, Tabaco y Drogas realizada en el 2017, en México, el consumo de alcohol se ha incrementado de forma importante en los adolescentes.
Popularmente, se ha considerado que las mujeres consumen menos bebidas alcohólicas que los hombres, sin embargo, desde hace algunos años se ha registrado un incremento significativo en el consumo de este tipo de bebidas, siendo cada vez más parecido al de los varones.
El cambio en los hábitos de consumo ha sido explicado desde distintas perspectivas, y desde las diferencias de género. El género es una construcción social y cultural de significados, normas y prácticas que se asocian al sexo de las personas, éstas influyen en su comportamiento y en las funciones que desempeñan en la sociedad, éstas están marcadas por estereotipos de género y características predominantes; por ejemplo, creer que los hombres no deben mostrar debilidad, ni expresar sus sentimientos ni emociones.
En los hombres se ha normalizado el consumo de bebidas alcohólicas para “olvidar las penas” y demostrar que poseen rasgos instrumentales negativos (por ejemplo, ser agresivo o violento); mientras que, en las mujeres, puede deberse al deseo de romper con estereotipos como ser sensibles, dedicarse a las labores del hogar y el cuidado de los otros. De hecho, en un estudio realizado con 298 adolescentes veracruzanos, encontramos que casi la mitad habían consumido bebidas alcohólicas alguna vez en su vida (49% hombres y 48% mujeres), y se observó una relación entre poseer rasgos instrumentales negativos asociados a la masculinidad, como correr riesgos, ser rudo, impulsivo y meterse en problemas, con el consumo de drogas. Estas características se demostraban principalmente con el grupo de amigos.
Puede resaltarse que los aspectos sociales y culturales de género influyen en cómo se involucran los jóvenes con el consumo de alcohol, sustancias de “puerta de entrada” al uso de tabaco u otras drogas.
Mtra. Nicole Guadalupe Vallejo Alviter / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Universidad Veracruzana.
Dr. Jorge Luis Arellanez Hernández / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Instituto de Investigaciones Psicológicas, Universidad Veracruzana.