Revista de Divulgación Científico-Tecnológica del Gobierno del Estado de Morelos

La naturaleza en los mitos de tres culturas

¿Sabes  en  qué  punto   del  mapa   se  ubican   Japón, Perú  y Australia?  Si hiciéramos un viaje por  los tres países  recorreríamos más de veinte  mil kilómetros  y conoceríamos tres  continentes e idiomas  diferentes; aunque son muy distantes geográficamente hablando, existe un punto en común entre ellos: la naturaleza y el modo en el que ésta ha condicionado sus ritos, mitos y cotidianidad.

La primera  religión  mayoritaria en Japón fue el  Sintoísmo,  que  por  sus  ideogramas significa   “El camino  de los dioses”  presenta a la naturaleza como parte central de la vida cotidiana de los japoneses.  Los orígenes de esta  religión  datan  de los siglos  V y VI, cuando inició  como un conjunto de cultos  alrededor de los fenómenos y construcciones naturales a los que los sintoístas daban  el nombre  de Kami que significa Dios. Estos  Kami o seres  espirituales se encuentran ya  sea  en  la  naturaleza o  en  determinados  niveles elevados de existencia y han tomado la forma de rocas, ríos,  árboles,   montañas,   etc.  Sus  mitos  principales están recopilados en dos escritos del siglo VIII, Kokiji y Nihonji  donde  se describe  la creación del cosmos a partir  del caos.  De ahí  que  toda  la naturaleza sea motivo de culto y de veneración.

En  el  caso   de  los  aborígenes australianos hablaremos del trinomio  paisaje-música-recorrido. Todo  parte  del  tiempo  del  ensueño o  Altjerinja  en el  cual  sus  antepasados viajaron  por  el  continente cantando el nombre  de  todo  lo  que  encontraban a

su paso, montañas, rocas, árboles, ríos, lagos, etc. construyendo una  serie  de mapas  orales  que definen la  naturaleza  de  su   paisaje   y  su   ubicación, por consecuencia los  aborígenes son  capaces saber  su ubicación en  un  lugar  aparentemente indistinguible utilizando los más sutiles  elementos  del paisaje  como un árbol o cualquier accidente geográfico.  Estas observaciones permiten  vislumbrar la relevancia de la canción en la delimitación del territorio aborigen, su  funcionalidad como  un  marco  de pertenencia, de recorrido y de identificación con la naturaleza.

En la Amazonía peruana habitan los Shipibo- Conibos,  sus  principales actividades son  la pesca,  la agricultura y la producción de artesanías. La tradición artesanal Shipiba  se engloba por el sistema  de diseño realizado   a  mano  y sin  bocetos   denominado Kené, para  acceder  a él las  mujeres  usan  dos  métodos  de adquisición del conocimiento por  medio  de plantas y  animales   de  su  entorno,   en  mi  trabajo   Susurro Shipibo  las  mujeres   toman   forma   de  música,   sus voces  intangibles son  las  que  guían  la  obra,  voces que también  guiaron mi experiencia en la Amazonía Peruana. La pieza está dividida en tres gestos simples y  sutiles   que  evocan   metáforas  de  lo  perdido,   de la cosecha,  de la materia  prima  de su  trabajo  y del territorio como medio de pertenencia e identidad.

Esta colaboración forma  parte  de la tesis  de maestría In situ: Una acercamiento a la estructura de lo invisible en el paisaje.


 

ºM. en A. Dulce Anaid Villasana Santana / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Facultad de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.