Antulio Sánchez
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Editorial Océano
Por: María Virginia Martínez Laurini
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El mundo vive inmerso en profundos cambios desde hace varios años producto de los avances que se presentan en diversos terrenos del saber y la investigación. Los grandes causantes de estos profundos cambios son la manipulación genética, la vida artificial, los nuevos materiales, la computación e internet. Varios de estos terrenos pertenecen a grupos cerrados, a élites, pero que no por ello dejan de tener consecuencia socioculturales.
En este sentido, el ciberespacio y los instrumentos digitales constituyen una nueva etapa cultural, las prácticas virtuales han transformado el perímetro básico de percepción, inciden de manera notoria en un significativo cambio emocional. Hoy presenciamos un fenómeno de dimensiones alucinantes que se traduce en una era de afectos que circulan gracias a la misma red, lo cual se traduce en modificaciones en los hábitos y conductas, Se tiende a experimentar las prácticas virtuales como reales, llegando al grado que los espacios de tertulia digital conocidos como chats se convierten en zonas que dan la sensación de que el usuario se encuentra en ellos como si viviera una especie de vacaciones eternas, donde la sensación de lo infantil adquiere dimensiones lúdicas que anulan la temporalidad.
Documentar las transformaciones que fomenta el ciberespacio desde el contexto inmediato y afectivo de los usuarios es una de las principales aportaciones del libro de Antulio Sánchez, quien descubre desde la vertiente del amor, el sexo, el género, la relación entre lo público y lo privado y la subjetividad, las mutaciones de la cibercultura, los cambios de prácticas que dan origen a nuevas interacciones humanas. En La era de los afectos en internet el autor reflexiona sobre un fenómeno actual cuyos alcances, si bien son aún difíciles de imaginar, implicarán importantes redefiniciones en el ámbito religioso, moral, político, psicológico, social y la misma estética.
Si bien es en los chats donde surge esta sobresaliente expresión de lo afectivo, en donde se dan interacciones cálidas que tienen por finalidad alentar las relaciones amistosas, eróticas y amorosas que han alcanzado un gran número de adeptos, es cierto que en este libro el aspecto psicológico y afectivo de la red encuentra el adecuado equilibrio, gracias a la recuperación de aspectos técnicos que contribuyen a disminuir el recelo que algunas personas tienen sobre esta tecnología de punta.
Aclarar lo que significa vivir en el contexto digital de forma intensa, implica la referencia de un mundo globalizado que ha trastocado el ámbito de lo privado y se caracteriza, en apariencia, porque las personas parecen enamorarse más del amor que de una pareja; y es que aquí el contacto con el cuerpo, con sus olores y la mirada del amado o quien está en proceso de serlo, se sustituyen por una construcción afectiva auxiliada por la imaginación y por estructuras racionales como fuente de estimulación.
Esta obra está dividida en cinco partes y la idea que ha sostenido el texto es que tenga una articulación y conexión rítmica. Sin embargo, la intención es que sean vistos como cinco vertientes de un mismo fenómeno. El único vínculo que relaciona estas variaciones es su unidad temática: el ciberespacio y sus efectos. En este sentido, la fantasía, la experiencia sexual en el chat, el desengaño, la frustración, la censura y la aventura en el ciberespacio, pero también el yo enredado en imaginarios, el consumo digital, la cultura y la cibercultura, son tan sólo algunos de los puntos en cuestión.