Revista de Divulgación Científico-Tecnológica del Gobierno del Estado de Morelos

EL ABARATAMIENTO TIENE COSTO AMBIENTAL

 

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Cada 5 de junio se hace mención al “Día mundial del Medio Ambiente”. En 2018, India presenta un tema complejo para todo el mundo: la contaminación por plástico. El plástico es un producto que se encuentra en la mayoría de los procesos de embalaje y transportación de productos; es un derivado de orgánicos e inorgánicos, de los cuales estos últimos son en su mayoría derivados de petróleo (nafta en particular). Se obtienen mediante un proceso polimérico y se pueden clasificar en termoplásticos y termoestables, los cuales, una vez moldeados y enfriados, no modifican sus propiedades de dureza, lo cual ocurre con los termoplásticos, que modifican sus propiedades con aplicación de calor.
La producción de esos plásticos, locales o de origen foráneo, requiere de energía para fabricarlos masivamente, cuyas siglas comienzan con la letra P, que indica que es un polímero: Policarbonato (PC), Polietileno (PE), Polietileno tereftalato (PET), Policloruro de vinilo (PVC), Polimetilmetacrilato (PMMA), Polipropileno (PP), Poliestireno (PS), Poliestireno expandido (EPS), Poliuretano (PUR), Politetrafluoroetileno (PTFE) y Resinas de poliéster insaturado (UP). El PE, PVC, PP y PS se utilizan para cubrir casi el 70% del consumo total de materiales plásticos de uso cotidiano, y su integridad estructural puede ser disminuida por el efecto de radiación en longitudes de onda que corresponden a ultra violeta (ondas menores que 400 nm); esa radiación puede fomentar la disociación de un enlace químico en un polímero específico y deteriorar el material.
La energía para transformar un kilo de PET en botellas para bebidas es de 119.6 MJ. En el caso de un producto de mayor densidad, como el vidrio moldeado como botella, se usan 7.8 MJ por cada kilo, por lo que es fácil identificar que energéticamente es mayor el consumo para moldear un kilogramo de PET que un kilogramo de vidrio. Independientemente del líquido o gel que contenga en su interior, ¿qué es lo que hace entonces atractivo el uso del PET? Una botella de PET con capacidad para 2000 ml de líquido tiene una masa entre 60 y 65 g; una con capacidad para 3000 ml su masa es de 67.5 g y una para 5000 ml una masa entre 93.5 y 95.5 g. Esa relación se puede entender considerando que las paredes de las botellas de PET tienen entre 6.8 y 8 mm, por lo que con una tonelada de PET se pueden obtener 10 695 botellas con capacidad para 5000 ml o 47 619 botellas de 500 ml (Figuras 1 y 2).

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En el caso del vidrio, que se utilizaba para envasar líquidos antes de la aparición del PET, se tenían botellas menores que 500 ml para manejarlas con seguridad. Envases de mayor tamaño presentaron riesgos en su manipulación y eran poco frecuentes en su producción y venta, debido a que se duplicaba el peso del líquido con el envase. Las Figuras 3 y 4 muestran la relación entre el vidrio utilizado y el número de envases fabricados con una tonelada de vidrio en función de la capacidad de envasado.

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Después de conocer estos datos cabe la pregunta de cuánto cuesta una botella de PET. Dependiendo de los gramos que se utilicen, y partiendo de botellas fabricadas en serie, la de menor volumen y más vendida comercialmente, de 500 ml, en el momento de la edición de este documento cuesta $3.40, lo que hace que una tonelada de PET se pueda convertir en $161 904.76. En el caso del vidrio, en una comparación similar, las botellas de 500 ml cuestan $ 20.33: lo que significa que una tonelada de botellas de vidrio cuesta $39 552.53. Sin embargo, considerando los datos previos, una tonelada de PET genera 24 veces más envases que una tonelada de vidrio, pero su costo es sólo cuatro veces mayor. Es decir, un envase de PET es considerablemente más barato que uno de vidrio con una capacidad similar.
¿Y dónde está el problema si se usa un envase más barato? la respuesta es: en el impacto ambiental. Una vez que un producto se abarata, la ley económica de la oferta y la demanda se ve afectada; el consumidor puede acceder a una mayor cantidad de producto con la misma cantidad de recursos económicos, lo cual implica un mayor consumo de ese producto. El vidrio es 100% reciclable, lo cual indica lo siguiente: por cada kilo de botellas de vidrio que se vuelve a fundir para producir nuevas botellas, se obtiene un kilo de botellas nuevas. Eventualmente se agregan materiales para obtener nuevas coloraciones en cantidades relativamente pequeñas que no afectan el concepto de reciclado total, pero no todo el vidrio usado en el mundo se envía a plantas recicladoras.
En 2014, México reportó el reciclado de sólo 6% de vidrio a nivel nacional, comparado con Suiza, donde en el mismo año se recicló 52%. En 1994 la Comunidad Europea (Directiva 94/62/CE) señaló que la meta de reciclado de envases debiera estar entre el 25 y el 45% al inicio de los primeros cinco años (es decir, una meta de 2000 al año). La regulación planteada fue exitosa, ya que permitió un incremento anual de reciclaje de 2.4%, superando la meta de la normativa, aunque eso supuso una inversión en campañas de sensibilización, talleres escolares y actividades sociales de concientización. El reciclaje no es sólo una opción para reducir los desechos, sino que tiene también impactos reales en el ambiente. Una tonelada de vidrio que se recicla evita la extracción de materia prima, y aun con la transportación evita la emisión de poco más de media tonelada (557.47 kg) de emisiones de CO2 equivalente y se ahorran 2.248 MW-h de energía.

En el caso del PET, la producción de una tonelada de botellas implica 2.1 toneladas de CO2 emitidos, entre 36 gramos de CO2 emitidos por botella y hasta 119 gramos de CO2 en el caso de rutas con combustibles no amigables. Actualmente se ha comprobado que el abaratamiento de las botellas implica mayores emisiones de CO2 equivalentes. Considérese la siguiente reflexión: el problema no es la competencia capitalista que genera empleos y productos, el problema es que el costo por tratamiento de las emisiones no se está incluyendo en los productos, como tampoco lo está en el costo de las botellas de vidrio, las cuales no están libres de emisiones (incluyendo NOx y SOx), ni en el costo de la mayoría de los productos derivados de plásticos. El plástico generó soluciones industriales a la creciente necesidad de productos accesibles a una sociedad creciente en el mundo. El crecimiento de las emisiones contaminantes globales es una consecuencia del crecimiento poblacional global.
La responsabilidad se le traslada al consumidor final, que no cuenta con procesos de reciclado doméstico o local. En México, trasladar los residuos sólidos urbanos (independientemente de su destino para reciclado o para relleno sanitario) son emisiones adicionales posteriores a la vida útil del producto. No hay una iniciativa de recolección separada, en la cual participe toda la sociedad, no sólo para el PET, sino también para otros plásticos que se pueden revalorizar, cuyo reciclado puede evitar emisiones, evitar consumo de energéticos y evitar el impacto ambiental, del cual toda la sociedad debería ser responsable. La recolección es sólo una parte de la solución, el traslado también emite; las iniciativas globales y las leyes federales se orientan a un escenario en 2040, que limita las emisiones por convicción.
No es una tarea fácil, será caro, ya que nuevos productos degradables implicarán nuevos desarrollos y materiales más amigables para el ambiente, aunque el tratamiento para su disposición final tendrá que ser trasladado al consumidor, ya sea por el vendedor, o el propio consumidor final tendrá que pagar por el tratamiento de sus desechos plásticos. Al igual que los clorofluorocarbonos (CFC) son una respuesta tecnológica para resolver un problema técnico de la refrigeración masiva, los plásticos son una respuesta para resolver otro problema técnico, el envasado.
La principal ventaja del PET es que cada botella de PET de 500 ml emitió en su fabricación 44.1 g, mientras que una botella de vidrio para la misma capacidad emitió 210.74 g, lo cual ha llevado a realizar esfuerzos generalizados para disminuir la cantidad de plástico utilizado en envases cada vez más ligeros. El PET resolvió un problema. Los plásticos han disminuido las emisiones de CO2 por envase, comparadas con sus similares de vidrio, con la ventaja económica de ser más baratos, pero su producción es enorme (9,000 millones de toneladas).
El abaratamiento ha motivado lo masivo; el problema no ha sido la tecnología de envasado, el problema ha rebasado la capacidad de reciclaje, los ciudadanos no aprovechan esa facilidad de transportar cualquier líquido en forma barata y con menos emisiones: los usuarios lo desechamos. Actualmente llegan a los mares 13 millones de toneladas de plástico, es urgente hacer un esfuerzo conjunto (por ejemplo, poner iglús en los centros de compras) para separar no sólo plásticos, también vidrios y otros materiales que al ser reciclados pueden ahorrar emisiones de CO2 equivalentes, por los procesos de extracción y transformación de sus materias primas. Figura 5.

Como sociedad hay varias tareas pendientes y sólo la sociedad organizada podrá lograr metas básicas, como mantener la salud de la localidad y a su vez generar los empleos con base en procesos sustentables para obtener los recursos que permitan acceder a los productos, los cuales tendrán que incluir los costos por sus emisiones de CO2.

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 Dr. Rosenberg J. Romero D. / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Centro de Investigaciones en Ingeniería y Ciencias Aplicadas – Instituto de Investigación en Ciencias Básicas y Aplicadas, Universidad Autónoma del Estado de Morelos.