Archivo: Ciencias de la Educación
Dra. Lucía Martínez Moctezuma / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Instituto de Ciencias de la Educación (ICE-UAEM)
Las cifras son reveladoras: mil millones de personas viven en el mundo sin agua potable; dos mil 600 millones carecen de servicios de saneamiento y sólo en el año de 2002, murieron 3 millones de personas a causa de enfermedades relacionadas con el agua. Una mala gestión sobre el recurso natural ha generado una serie de debates y acuerdos a nivel mundial debido a que su consumo durante el último siglo, ha crecido 6 veces; que el 70% del agua dulce para consumo humano ha sido destinado al riego agrícola y que el 35% del agua se pierde debido a fugas en tuberías, canales y perforaciones ilegales. Es por esto que la Organización de los Derechos Humanos (ONU) ha pugnado por reconocer que el acceso al agua es un derecho y ha planteado una serie de propuestas en las que es necesario reflexionar para afrontar las consecuencias . Planteamientos que pondrían hacerse en el medio escolar dado que se trata de un espacio donde se enseña a prevenir, tratar y controlar las enfermedades asociadas al agua. Una propuesta interesante pero que no resulta original si nos acercamos al problema desde la perspectiva de la historia de la educación.
Trabajos recientes han mostrado que esta preocupación aparece desde el período ilustrado cuando comienza a surgir la asociación del agua con lo higiénico. Con la adopción del positivismo como ideología se extiende la idea de que la sociedad se asemeja al cuerpo humano y por tanto es posible aplicarle los conceptos de salud y enfermedad (Tortolero,2000:51-64). En las ciudades, las opiniones de los médicos señalan la contaminación de las aguas como causantes de enfermedades. Las ideas innovadoras de Koch y Pasteur en 1884, se difunden rápidamente en México y con ello la idea de que el cólera sigue el curso de los ríos hasta llegar a las poblaciones con el agua potable .
Estas ideas no se quedarán en el dominio médico pues también se discutirán en la escuela, donde los nuevos saberes y sus modos de difusión social, constituyen lo que Jean-Pierre Goubert ha llamado la conquista del agua (Goubert,1986:145). Representaciones sobre el agua y otros recursos naturales que se difundieron a través de los libros de texto que circularon en México, como respuesta a las medidas adoptadas, desde 1882, durante los congresos higiénicos y pedagógicos que se llevaron a cabo bajo el régimen de Porfirio Díaz (1876-1910). Un espacio donde se aceptó la práctica de la lectura como base fundamental de la enseñanza y al libro de texto como el mediador, para difundir y transmitir una serie de representaciones colectivas que atendían a fenómenos como el de la recepción, la transformación, la adaptación y la apropiación. Manifestaciones que convierten al libro de texto en un objeto complejo y diversificado, que es a la vez un producto comercial (con editoriales y librerías especializadas), e ideológico (un soporte curricular relacionado con la metodología y fines e la enseñanza) pero también un objeto cultural (espacio de la memoria impregnado de sensibilidades, mitos, valores y normas) que son las formas en las que los grupos humanos se representan o representan al mundo.
Las primeras nociones sobre el agua y otros recursos naturales se hicieron a través de la introducción de la higiene en la curricula, que siguiendo el modelo francés, serviría de eje para mostrar los medios de conservar, mejorar la salud y evitar enfermedades y dar a conocer una serie de deberes y derechos, pues también la higiene enseñaba principios de moral y reglas de civilidad. En estos manuales escolares se adoptó el procedimiento intuitivo para la enseñanza de nociones higiénicas que aparecieron en los libros de lectura, de geografía y sobre todo en los de lecciones de cosas y ciencias físicas y naturales. Por ejemplo, los libros de lectura, subrayaban el deleite frente al aire fresco y saludable, el gozo y la sensación de tranquilidad, donde un día de paseo por el campo permitía contemplar el magnífico espectáculo que ofrecía la naturaleza compuesta “...del conjunto…orden y vida de todos los seres del Universo, del cual nuestro mundo es una pequeña parte...” (Parravicini, 1900:63)
Con la creación de la Secretaría de Educación Pública en 1921, se privilegió el espacio rural pero no hubo grandes cambios en el contenido de los libros de texto pues muchos de ellos escritos a finales del siglo XIX, siguieron circulando en las escuelas mexicanas, hasta 1960, cuando la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos elaboró una serie completa para los alumnos de las escuelas primarias de todo el País. En éstos, La Patria se describía así:
“Has empezado a conocer cómo es tu patria, las bellezas de su suelo, sus extensos valles, sus altas montañas, sus hermosas playas, y, unidos a todo eso, su clima, tan propicio para que se desarrolle la vida. Tienes conocimientos de algunos de los recursos naturales con que tu patria cuenta. Sabes ya que éstos esperan que se les aproveche en forma cada vez mejor a fin de que se conviertan en factores de engrandecimiento nacional…A ti, niño mexicano, te tocará, cuando seas mayor, aprovechar esos recursos de modo que sigan transformando a México en un país cuyos habitantes vivan, dignamente, libres y felices”
Una representación donde nuevamente se describe la belleza del país a través de los recursos naturales pero ahora se daba a los alumnos el poder de aprovecharlos para transformar a la Patria. Será hasta los años 70 que el proyecto de educación rural se transforme cuando se proyecte un sistema de cursos para las comunidades rurales dedicadas a la agricultura, la pesca, la cría de ganado, la artesanía y el pequeño comercio de la República Mexicana, coordinado por el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) y con el objetivo de difundir conocimientos prácticos e impulsar la organización de la comunidad. Es en estos textos que se manejará una serie de representaciones que apuntan a reafirmar una idea en común en torno a la patria y la naturaleza. Por primera vez se describe al medio ambiente:
“..te habrás dado cuenta de que vivimos en un país muy rico en recursos naturales…podemos obtener alimentos, medicinas, materiales para construir nuestras casas … nuestras ropas, para hacer herramientas de trabajo… aunque como tú ya sabes, hay muchos lugares en nuestro país donde el agua y el aire están contaminados y donde la tierra está cansada por sembrar lo mismo y por usar mucho abono artificial, o donde ya casi no quedan árboles por tanta tala que han hecho en los bosques. Pero todavía hay tiempo para rescatar algo que es muy importante para la vida: nuestro medio ambiente .
Una invitación que desde 1895 había hecho a los niños José María Trigo (1895, p.12-13) cuando señalaba la importancia de familiarizarlos con los efectos sobre la naturaleza y enseñarles a optar por mejores respuestas. Con un ejemplo, les mostraba a los lectores, la respuesta de un labrador que al llegar a su finca por la mañana hallaba toda su hortaliza destrozada. Lo primero que debía hacer era buscar la causa; si las matas estaban mordidas y se encontraban pisadas de caballo o de cabra era suficiente con rodearla de una reja de alambre pero si las pisadas apuntaban al hombre había que estar atento para encontrar una pista y “estar al acecho hasta…cazar al individuo para que lo castiguen y de este modo evitar que otro vuelva a hacer igual…” .
Lucía Martínez Moctezuma es doctora en historia por la Universidad de París X-Nanterre y miembro del SNI desde 1992. Actualmente es profesora investigadora del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Sus últimas investigaciones, financiadas por CONACYT (36667-H) y PROMEP, han derivado en un buen número de artículos, ponencias y coordinación de libros entre las que se encuentran La infancia y la cultura escrita (Siglo XXI-UAEM); junto con Carmen Castañeda y Luz Elena Galván, Lecturas y lectores en la historia de México (CIESAS-UAEM-El Colegio de Michoacán) y con Luz Elena Galván, Las disciplinas escolares y sus libros (UAEM-CIESAS-Casa Juan Pablos). En este momento prepara una publicación sobre la historia de la educación en el Estado de Morelos, 1880-1940.