Revista de Divulgación Científico-Tecnológica del Gobierno del Estado de Morelos

Controlando a la besucona

 

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Cuatro parásitos Trypanosoma cruzi vistos en una muestra de sangre. Fuente: Centers for Disease Control And Prevention Public Health.

La chinche besucona, también conocida en México como chinche de monte o de campo, del Chagas, voladora, pic o la chagosa, es la principal trasmisora del parásito microscópico Trypanosoma cruzi, el cual causa la enfermedad de Chagas. La chinche se alimenta de sangre de animales y humanos mediante una picadura y, al hacerlo, defeca; en estas heces se encuentra el parásito que se introduce al cuerpo al rascar la picadura. Al pasar el tiempo, el parásito se acumula en el tejido de diferentes órganos como el corazón e intestinos, causando su falla e incluso la muerte si no es diagnosticado y tratado a tiempo. La enfermedad de Chagas es un padecimiento desatendido en Latinoamérica, pues su incidencia anual es de 28 mil nuevos casos mediante la transmisión vectorial; esto indica que existen más de seis millones de personas con esta enfermedad.

En México existen 32 especies de triatominos (chinches), y se han reconocido 13 como importantes transmisores del parasito de T. cruzi. El género Meccus es endémico de México, está relacionado con 70 % de la transmisión de la enfermedad de Chagas y se distribuye en 17 estados, siendo Oaxaca, Morelos y Yucatán los que tienen mayor incidencia de esta enfermedad.

Alternativas de control de la chinche

Como parte de la prevención de la enfermedad de Chagas se encuentra el control del vector a través de insecticidas químicos, sin embargo, estos productos dañan el medio ambiente, son nocivos para la salud y actualmente no tiene el mismo efecto contra los insectos debido a que han evolucionado y generado resistencia. Como alternativa de control, existen microorganismos que pueden ser virus, bacterias, nematodos y hongos, llamados entomopatógenos, capaces de enfermar y causar la muerte en los insectos. Los hongos entomopatógenos Isaria javanica y Metarhizium anisopliae se emplean para el control del gusano cogollero, la mosca blanca y otros insectos plaga.

De acuerdo con investigaciones recientes, se ha demostrado que también pueden ser empleados para el control de insectos que trasmiten enfermedades en humanos como la chinche besucona, Meccus pallidipennis.

En el laboratorio de Micología Básica de la Facultad de Medicina, Departamento de Microbiología y Parasitología (UNAM), se desarrollaron bioinsecticidas que contienen I. javanica y M. anisopliae, los cuales causan la muerte a M. pallidipennis en condiciones de laboratorio. También fueron evaluados en zonas urbanas y semiurbanas de los municipios de Atlatlahucan y Jiutepec, en el estado de Morelos, lugares donde existe la prevalencia de la enfermedad de Chagas y del insecto vector.

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Figura 1. Infección de a) I. javanica, b) M. anisopliae en adultos de M. pallidipennis, insecto transmisor de la enfermedad de Chagas

En estos estudios se logró la infección en huevos, ninfas y adultos de M. pallidipennis (figura 1), obteniendo así resultados favorables para su uso.

Estos hongos usados como bioinsecticidas actúan por contacto, por lo que los insectos deben ser rociados con éstos o caminar sobre un sitio donde se haya aplicado. El hongo se adhiere a la cutícula del insecto y empieza a formar un tubo germinativo para dar pie a la formación de hifas, que son unidades estructurales del crecimiento fúngico, para invadir al cuerpo del insecto, formando un ancla entre la hifa del hongo y la cutícula del insecto. A pesar de que el insecto posee mecanismos de defensa, son tantos los sitios de invasión del hongo que termina por invadir al insecto. Cuando las hifas entran al insecto se transforman en otra estructura fúngica para engañar al sistema inmune del insecto; el hongo consume todos los nutrientes del insecto y produce metabolitos secundarios, ocasionando la muerte del insecto; posteriormente, el hongo emerge sobre la superficie del insecto y con ayuda del viento puede invadir a otros.

Estos bioinsecticidas representan una alternativa viable para el control biológico del insecto transmisor de la enfermedad de Chagas, además de ser amigables con el ambiente y no causar, hasta el momento, resistencia en estos insectos.

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Proceso morfológico del Trypanosoma cruzi. Fuente: Centers for Disease Control And Prevention Public Health.

 



Dra. Karla Tatiana Murillo Alonso/ Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Dra. Conchita Toriello Nájera / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
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Facultad de Medicina | Universidad Nacional Autónoma de México