Archivo: Desarrollo Regional
Dr. Antonio del Río Portilla / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Centro de Investigación en Energía de la Universidad Nacional Autónoma de México, campus Morelos.
Cuando pensamos dónde se realiza la ciencia nos imaginamos Universidades o Institutos especializados. Sin embargo, en la actualidad existe un movimiento social muy interesante que empieza a generar conocimiento científico en forma espontánea desde las raíces de la sociedad. Con las tecnologías, tanto de medición como de información, de que disponemos en nuestros días es posible para toda persona, con un nivel de estudios de bachillerato, realizar estudios sistemáticos o monitoreo de algunos parámetros que permitan generar modelos para describir los fenómenos estudiados. Esto es lo que hacen los científicos. A este tipo de ciencia se le está llamando ciencia desde las raíces de la sociedad (grassroots science), o ciencia ciudadana, o ciencia participativa para diferenciarla de la ciencia que hacen profesionalmente los científicos. Por supuesto, estos estudios están mucho más enfocados a problemas cotidianos y son la herramienta que la sociedad puede utilizar para tomar decisiones basadas en el conocimiento.
Es muy importante destacar que las personas que desarrollan la ciencia ciudadana no están peleadas con los científicos, sino que han decidido realizar ellas mismas los estudios que necesitan para resolver problemas cotidianos complejos. La mayoría de los proyectos que se realizan son liderados o asesorados por un profesional de la ciencia que coordina las actividades, pero los trabajos y los conocimientos son generados y producidos por la sociedad misma en un genuino afán cooperativista.
Esta nueva forma de hacer ciencia permite una interacción más clara y directa entre el conocimiento tradicional y el conocimiento científico, generando y amalgamando estas dos formas que anteriormente parecían oponerse.
En mi opinión, esta interacción entre los científicos y los actores sociales está generando alternativas de solución de los problemas complejos que la sustentabilidad plantea en la actualidad.
Este camino no es fácil, debido a que se requiere de la comunicación entre los científicos y los diversos actores sociales, es necesario hablar diferentes jergas lingüísticas. Tenemos que ir construyendo paulatinamente las actividades que permitan fluir estas interacciones en una forma más natural, menos tortuosa.
Considero que, una forma de empezar a construir datos en forma conjunta, desde las raíces de la sociedad, podría ser la generación de bases de datos distribuidas con información de eventos. Algunos proyectos de monitoreo ecológico ya contemplan esta forma de generación de bases de datos (http://www2.ine.gob.mx/publicaciones/libros/507/cap1.html), donde ponen especial énfasis en la participación ciudadana para el conteo de especies biológicas en las zonas rurales. Las personas que viven en zonas rurales fácilmente pueden identificar el canto de las aves y con ello ayudar al censo de las mismas.
Como mencioné, los avances informáticos y de telecomunicaciones hacen posible que una gran parte de la población tenga acceso a Internet y con ello los costos asociados a las encuestas pueden disminuirse grandemente. Por esta razón, una encuesta a través de Internet sobre enfermedades respiratorias puede ser una actividad que brinde información útil.
Esto ya ha sido iniciado en diferentes partes del Mundo y, en particular, también en México. Para detallar este ejemplo recordemos la epidemia de influenza A H1N1 que sufrimos hace dos años en México. Esta epidemia tomó por sorpresa al sistema de salud del país y mostró que los sistemas de alerta tienen deficiencias. Podríamos discutir estas deficiencias largamente, destacando la burocracia del sistema de salud o la renuencia de la población a acudir a estos servicios, pero en su lugar, aquí, mostraré un ejemplo de participación ciudadana, en el sentido que he mencionado, que puede ayudar en forma eficiente a tener información en tiempo real de la situación que tienen las enfermedades respiratorias en la población.
Reporta es una página en Internet dedicada a monitorear las enfermedades respiratorias (http://reporta.c3.org.mx/). Esta página contiene una encuesta que con unas simples preguntas puede mantener una base de datos dinámica para generar información útil en el monitoreo de enfermedades, en particular las respiratorias. En palabras de sus creadores “Elaboramos esta encuesta como una herramienta social que complementa los esfuerzos que llevan a cabo las autoridades para perfilar el virus de la influenza, pero para ello necesitamos de tu participación. Con ella buscamos consolidar una base de datos fidedigna, que nos permita conocer la presencia y ubicación de enfermedades respiratorias en la población residente en México. Esto puede servir para detectar de forma temprana brotes epidémicos, y nos permite conocer qué personas son más propensas a enfermarse, con lo cual es más fácil diseñar estrategias eficaces para contener un brote.” Actualmente en Reporta están participando más de 5 mil personas. Los números en sistema de otros países son: más de 10 mil en Holanda, más de 5 mil en el Reino Unido, casi 4 mil en Bélgica, casi 3 mil en Italia y más de 2 mil en Portugal. Como vemos los números en México no son despreciables al compararlos con esfuerzos similares, pero es importante que participemos muchos para que el sistema tenga realmente una posibilidad predictiva.
Al invertir 5 minutos de nuestro tiempo cuando hayas sufrido algún trastorno respiratorio, una gripe, un catarro, una infección de los pulmones, tos, entre otros; pero con solamente 30 segundos todas las semanas ayudaremos a construir una base de datos confiable. Este es un esfuerzo donde los científicos consideran a la sociedad como la generadora más confiable de la información. Los resultados que ha tenido Reporta indican que puede detectar los brotes de influenza, sin embargo, el número de participantes es muy pequeño y en algunos Estados no le permite tener una muestra representativa. De hecho los datos de Reporta han podido detectar los brotes anteriores de influenza, pero falló en detectar el reciente brote en Chihuahua. Esto se debe a que en esa Entidad menos de 40 personas participan en Reporta.
Te invito a participar en esta investigación colaborativa, visita http://reporta.c3.org.mx/ regístrate y participa cada semana. Construyamos los datos que necesitamos.
Como mencioné anteriormente, la ciencia desde las raíces (o ciencia ciudadana, o ciencia participativa, el nombre es lo de menos), lo que conceptualiza es la actividad científica desarrollada en forma más directa para la sociedad y desde la sociedad misma.
De esta manera como ciudadano, estudiante, campesino, escritor, poeta, empresario, etc. al comprometernos con la solución de los problemas que nos aquejan, como disposición de residuos sólidos, agua potable, suministro de energía, alimentos, salud, etc., podemos utilizar el enfoque de ciencia participativa, ciudadana o desde las raíces de la sociedad para generar conocimiento específico sobre estos problemas y plantear acciones concretas hacia la solución de ellos.
Antonio del Río Portilla labora en el Centro de Investigación en Energía de la UNAM como Investigador Titular C. Inició su carrera académica en la Universidad Autónoma Chapingo y actualmente es miembro de las Academias Mexicana de Ciencias, de Ingeniería y de Ciencias de Morelos y del Sistema Nacional de Investigadores distinguido con el nivel III. Dentro de sus labores de investigación ha formado jóvenes investigadores en las líneas de transporte en medios porosos, termodinámica de procesos irreversibles, nanoestructuras y sistemas complejos. Le interesa tanto la investigación científica como la docencia, la divulgación científica y el desarrollo tecnológico. Imparte cotidianamente cursos de bachillerato, licenciatura y posgrado en las áreas de ciencias exactas y las ingenierías. Fue director fundador del Centro Morelense de Innovación y Transferencia Tecnológica (CemiTT) y hoy en día es presidente de la Academia de Ciencias de Morelos.