Revista de Divulgación Científico-Tecnológica del Gobierno del Estado de Morelos

El cambio climático y su impacto en las plantas

art3 01

El cambio climático es una realidad, esto se evidencia en el deshielo de los casquetes polares y en algunos lugares no tan lejanos para los mexicanos, como lo volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl; el primero, pierde sus glaciares y el segundo, su manto blanco durante la mayor parte del año.

El cambio climático alterará, entre otras cosas, los patrones de incidencia de las enfermedades infecciosas que afectan a los animales y a las plantas. Las enfermedades de las plantas deben interesarnos porque de ellas obtenemos la mayor parte de nuestros alimentos; además, los animales que consumimos son herbívoros, por lo que, sin plantas, tampoco habría cecina, barbacoa de borrego o tacos de bistec.

Desde la primaria aprendemos que las plantas son la base de la cadena alimenticia. Junto con otros organismos fotosintéticos, como las algas y las cianobacterias, las plantas tienen la sorprendente capacidad de generar azúcares (llamados también carbohidratos) combinando el agua con el dióxido de carbono, que es un gas presente en el aire y que tiene un potente efecto invernadero.

Para alcanzar este logro bioquímico que sustenta la vida animal, las plantas utilizan la energía solar, es decir, capturan la energía del sol y la almacenan en compuestos energéticos que los humanos y otros animales pueden utilizar en forma de alimentos, como la papa, el tomate o las guayabas y de paso, producen el oxígeno que respiramos y retiran gases de efecto invernadero.

Al igual que con las enfermedades infecciosas que afectan al ser humano y otros animales, para que se desarrolle una enfermedad de este tipo en una planta, se deben conjuntar tres elementos: el hospedero susceptible (la planta), el agente patógeno (puede ser bacteria, hongo, virus o nematodo) y el ambiente (representado principalmente por la temperatura y humedad relativa que prevalecen en un área de cultivo). Al conjunto de estos tres elementos se le conoce como la triada epidemiológica. Cada uno de estos elementos puede presentar diferentes estados y es la combinación de ciertos estados, particulares para cada elemento de esta triada, lo que lleva a la aparición de la enfermedad.

Las condiciones ambientales pueden cambiar la resistencia de las plantas hacia un patógeno, alterando ya sea la fisiología vegetal o la virulencia del patógeno. El cambio climático ha generado un incremento en la temperatura global, lo que podría provocar que la susceptibilidad de las plantas y la virulencia de potenciales patógenos se modifique y lleve a la aparición de nuevas enfermedades o de enfermedades ya conocidas, pero que no se habían presentado en ciertas zonas agrícolas.

art3 02

Un ejemplo en donde el cambio climático podría jugar un papel importante en algunos años, es la marchitez causada por la bacteria Ralstonia solanacearum.

Esta bacteria puede ingresar a más de 250 especies vegetales, causando la enfermedad conocida como “marchitez bacteriana” en la papa, tomate, cacahuate, geranio, eucalipto, entre otras.

En las plantas de tomate, por ejemplo, se observa claramente la influencia del ambiente en esta triada epidemiológica. Si en el sitio de cultivo la temperatura es moderada (25-30 °C) y una humedad relativa no mayor a 70 %, la bacteria puede colonizar a la planta del jitomate, sin causar marchitez. Sin embargo, si las condiciones ambientales cambian, alcanzando humedades relativas superiores a 90 % y una temperatura por arriba de los 35 °C, condiciones habituales en varios invernaderos, la bacteria causa marchitez, provocando la muerte de la planta.

Existe la posibilidad de que, en un futuro, con el incremento en la temperatura, esta bacteria cause marchitez en zonas en donde ahora no es un problema o que se enfermen cultivos que actualmente no presentan la enfermedad.

 art3 03



Dr. Jesús Hernández Romano / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Dra. Brenda Román Ponce / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Dra. Angélica Guillén Garcés / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Universidad Politécnica del Estado de Morelos