Se considera que los insectos de género macho sufren en mayor medida los efectos de la selección sexual. Esta es definida como un componente de la selección natural donde machos y hembras seleccionan características asociadas con el éxito del apareamiento y seleccionan pareja. Esta selección involucra a los dos sexos, donde la hembra tiene preferencia por ciertas características del macho o por lo que él pueda proveer. Generalmente, las hembras compiten por el acceso a diversos recursos (sitios de oviposición, cuidados parentales, rango social) y en menor medida por la calidad de los genes del macho, mientras que éstos compiten por los huevecillos (genes) de las hembras.
En especies que se aparean más de una vez, la estrategia reproductiva de los machos está relacionada directamente con su supervivencia. Esto es más evidente en aquellas especies donde el acceso a las hembras depende de un combate físico entre machos donde pueden salir lastimados ambos contendientes. En este contexto el individuo más grande tiene ventaja física sobre el pequeño. En general los ejemplares masculinos viven menos que las hembras, sacrifican su longevidad por la posibilidad de aumentar el éxito de apareamiento. Los organismos que sufren altos niveles de mortalidad pueden invertir más en reproducción y menos en mantenimiento; en machos podría aplicarse el dicho “vive rápido y muere joven”.
La edad del macho es un componente importante en la selección de pareja porque tiene un costo directo para la fertilidad de la hembra, debido a que los de mayor edad pueden transferir un eyaculado con menos espermatozoides, de menor calidad o con menos substancias derivadas de sus glándulas accesorias. Éstas últimas son importantes para la ovogénesis, fecundidad, fertilidad y longevidad de la hembra.
Un buen ejemplo de lo anterior se da en las mariposas y en las palomillas donde se ha visto, que machos jóvenes tienen mayor posibilidad de aparearse debido a que su eyaculado es de mayor calidad. Sin embargo, también en este grupo se ha visto que los individuos más viejos logran mayor número de apareamientos debido a que son más agresivos y persistentes que los más jóvenes al momento cortejar a las hembras y también en la lucha entre machos. Por lo que la persistencia en machos de mayor edad es mucho más importante y valiosa en la resolución del conflicto y éxito de apareamiento que diferencias en propiedades físicas como tamaño del cuerpo y otras condiciones que la hembra observa para seleccionar pareja. En general el valor reproductivo de un individuo decrece con la edad pero en algunas especies de insectos la experiencia cuenta más que la edad del macho rival.
ºDr. Alfredo Jiménez Pérez / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
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Centro de Desarrollo de Productos Bióticos del Instituto Nacional
Politécnico de Yautepec, Morelos.