En México, la mayoría de las plantas que se encuentran en los sistemas acuáticos son especies que no son originarias de nuestro país tal es el caso del lirio acuático, la hidrila, la lechuga de agua, la oreja de ratón o el carrizo gigante. Estas especies son consideradas como las más importantes plantas acuáticas exóticas invasoras, pues cubren por completo el espejo de agua de ríos, presas y lagos en todo el país utilizando el vital líquido para su propio desarrollo y de esta forma disminuyen significativamente el volumen de agua en los embalses.
Una de las características de estas especies que las convierte en invasoras es su alta tasa reproductiva y adaptativa, lo que aunado a la gran concentración de nutrientes que se vierten sin ningún tratamiento a los cuerpos de agua, hace que encuentren las mejores condiciones para su establecimiento.
La proliferación de estas plantas provoca graves problemas económicos tales como las pérdidas de agua por evapotranspiración, el azolvamiento prematuro de embalses, la limitación de la actividad pesquera y recreativa, la obstrucción de canales de riego y de tomas en plantas hidroeléctricas y la operación de obras hidráulicas. Dentro de los problemas de salud, estas plantas constituyen el hábitat para el desarrollo de organismos vectores de enfermedades graves y hasta mortales como el dengue, la malaria, la filariasis, helmintiasis, encefalitis, y fiebre amarilla, entre otras. Dentro de los problemas ecológicos la acumulación de grandes cantidades de plantas acuáticas provoca el estancamiento de agua disminuyendo el oxígeno disuelto y por consiguiente la muerte de peces. Recientemente se ha demostrado que la presencia de plantas acuáticas exóticas invasoras está ligada a la proliferación de algas verde-azules. Estos florecimientos son de tomar muy en cuenta pues algunas de estas especies producen toxinas, las cuales pueden ser mortales a los animales o humanos que beban el agua donde estos organismos proliferan.
Diversas técnicas han sido empleadas para controlar estas especies; por sus efectos inmediatos, los herbicidas son ampliamente utilizados. Sin embargo, su uso conlleva efectos negativos tanto al ecosistema como al ser humano y no ha garantizado la no reinfestación de los embalses. Dada la gravedad del problema, es urgente encontrar formas de control sustentables y que no causen impacto indeseable en el medio ambiente. En este sentido el uso de organismos vivos es una alternativa viable y disponible en México. Desde hace 20 años el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) ha investigado y desarrollado técnicas para el control de estas especies mediante el desarrollado de biopesticidas a base de hongos e insectos específicos. El IMTA cuenta con una unidad de producción masiva de insectos benéficos y un laboratorio especializado en la formulación de micoherbicidas a base de hongos nativos de México, patógenos específicos de cada especie de planta que se desee controlar. Dichos agentes son evaluados tanto en su eficacia como agentes de control así como su especificidad e inocuidad para el ser humano.
La inclusión de esta biotecnología desarrollada por el IMTA, como parte clave de un programa de control integral sustentable de estas plantas, es una opción viable que permitirá en los años subsecuentes una reducción en los costos de mantenimiento de los cuerpos de agua.
ºDra. Maricela Martínez Jiménez / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Instituto Mexicano de Tecnología del Agua.