La rebeldía se hizo escuchar nuevamente
a través de los que portaban a su dios
en el corazón y su palabra en los labios.
Alfredo López Austin
…en Morelos se espera la llegada de Zapata
como los creyentes la llegada del Mesías…
Santiago Orozco
El 10 de abril de 1919, en la hacienda de Chinameca, cayó acribillado Emiliano Zapata por las balas de las tropas al mando de Jesús Guajardo. El cadáver fue trasladado a Cuautla, exhibido y se le tomaron fotos para testificar que Zapata era el muerto. Al mismo tiempo, entre la gente de los pueblos que veían incrédulos ese cuerpo inerme, empezó a correr el rumor de que no era Emiliano y la noticia se dispersó por los desolados pueblos, los campamentos de refugiados y entre las tropas del debilitado Ejército Libertador. En la actualidad, se encuentra ampliamente difundida en la región suriana, la narrativa de que Emiliano Zapata no murió el 10 de abril de 1919. Muchos adultos mayores de 60 años saben que el muerto fue el compadre de Zapata y que este observaba desde la Piedra Encimada y se fue con un compadre a Arabia.
En la guerra revolucionaria los pueblos del Sur plasmaron su historia y cosmovisión. Con el levantamiento armado, los pueblos vieron la posibilidad de superar su presente de opresión, construyendo una sociedad a la imagen y semejanza de sus sueños. Quien encabezó el movimiento social y la rebelión de los pueblos surianos fue el representante del poblado de Anenecuilco, un líder natural, carismático, que al parecer recorrió el sistema de cargos de su pueblo: Emiliano Zapata.
La no muerte de Emiliano Zapata se encuentra dentro de la tradición cultural de la región y forma parte de la estrategia a la que recurrieron los pueblos para recuperar sus espacios sociales. Al mismo tiempo, con su no muerte, Emiliano fue asimilado a los héroes culturales, como Agustín Lorenzo , y se permite la continuidad histórica de los pueblos, a pesar de la devastación de la guerra y posteriormente de la modernización. El personaje histórico de Emiliano Zapata, ya en vida, tuvo una transfiguración en el que se le mitificó en corridos, ya que aparece con un carácter de salvador; al nuevo héroe cultural se le dotarán de las promesas de redención. En Emiliano Zapata se plasmaron las promesas de salvación, de la justicia y la redención de los hombres, tal como lo expresaron personas que militaron en el Ejército Libertador o en esa época y sus descendientes.
Presentamos a continuación tres testimonios sobre la narrativa de que Zapata no murió. El primer relato es del combatiente del Ejército Libertador del Sur, Florencio Castillo; el segundo de Margarito Sánchez que vivió en su niñez durante el período revolucionario. El último testimonio es de una sobrina nieta de Josefina Espejo, esposa de Emiliano Zapata.
No fue Zapata quien murió en Chinameca, sino su compadre, porque un día antes recibió un telegrama de su compadre el árabe. Ahora ya murió Zapata, pero murió en Arabia, se embarcó en Acapulco rumbo a Arabia, todos comprobamos que no era Zapata porque a Zapata le faltaba un pedazo del dedo chico y ese que estaba tendido sí tenía el dedo completo, pero se corrió el rumor de que dijéramos que aquél era Zapata y el que no lo hacía lo fusilaban.
Florencio Castillo Pineda de Chinameca
Soldado del Ejército Libertador del Sur
A don Emiliano no lo mataron, murió Lauro Capistrán, su compadre. Zapata tiene unos cuantos años que murió en Arabia. Me dice su hijo qué si quiero ir a verlo, no está sepultado sino embalsamado.
Margarito Sánchez de Jumiltepec
Y hay una cosa que, pues que mucha gente no lo sabe, y yo, pues, no quisiera contárselos, porque mi mamá cuando ya estaba muy grave me lo confesó ya para morir. Me dijo:
—Oye, dice, te voy a contar mi secreto. Pero no lo cuentes, hija, porque es como si Zapata traicionara a la patria.
Digo:
—¿Por qué, mamá?
—Porque Zapata no jue el muerto. El muerto jue mi compadre Jesús Salgado. Era idéntico a Zapata, nomás que le faltaba el lunar (al compadre que tenía Zapata). Dice, pero el general no jue, hija, se lo llevó mi compadre el árabe, el padrino del niño. Le dijo Jesús Salgado, allá en el rancho Los Limones, cuando se iba a presentar en Chinameca con Guajardo:
—Compadre, quítate el traje y yo me voy a presentar. Y que le pasa su ropa el general a Jesús Salgado. Él fue guerrerense, Jesús Salgado. Y que le da trámite y se cambia, y que se lo pone y que se va con su gente. Era idéntico a Zapata, nada más que le faltaba, decía mi mamá, el lunar.
Y Zapata de señas tenía; el dedo de la mano derecha se lo voló la reata en los toros en Moyotepec, un seis de enero. Entonces el muerto tenía los dedos completos. Ahí está en la foto. Ahí está. Ese muerto tiene los dedos completos. Y Zapata le faltaba el chiquito. Y no jue el general. Él se lo llevó su compadre para Arabia.
Emilia Espejo de Villa de Ayala
Para saber más
Chiu, Aquiles. “Peones y campesinos zapatistas”, en Emiliano Zapata y el movimiento zapatista. Cinco ensayos, varios autores. INAH, México, 1980.
Granados Vázquez, Berenice. Emiliano Zapata. Vidas y virtudes según cuentan en Morelos, LANMO Editorial/UNAM, México, 2018.
López Austin, Alfredo. Hombre-Dios. Religión y política en el mundo náhuatl. I.I.H./UNAM, México, 1989.
Olivera de Bonfil, Alicia. “¿Ha muerto Emiliano Zapata? Mitos y leyendas en torno al caudillo” en Boletín INAH N°13, abril–junio, México, 1975.
Rueda, Salvador. “Emiliano Zapata, entre la historia y el mito” en El héroe entre el mito y la historia, Federico Navarrete y Guilhem Olivier (coordinadores), Universidad Nacional Autónoma de México, Centro Francés de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, México, 2000.
Sánchez Reséndiz, Victor Hugo. De rebeldes fe. Identidad y formación de la conciencia zapatista, Editorial La Rana del Sur y el Instituto de Cultura de Morelos, México, 2006.
1 Hombre - Dios. Religión y política en el mundo náhuatl. I.I.H./UNAM, México, 1989: 175.
2 Periódico Vesper de Morelos, (AHSCJN-FM, serie penal, caja 1, exp. 61). El militante anarquista Santiago Orozco viajó a Cuautla para conocer
de primera mano la extendida impugnación al orden en el Sur. Allí observó un mitin a favor de Madero, que pronto se convirtió en crítica al
régimen social y en apoyo a Emiliano Zapata
3 Agustín Lorenzo es un héroe cultural de la región del Sur. Hay diversidad de narrativas en torno a él, así como representaciones teatrales.
Se le vincula a cuevas y nacimiento de agua, por lo que se puede considerar un “aire”. Fue un bandolero que en una cueva hace pacto con el
Diablo –en la obra teatral La loa a Agustín Lorenzo, lo realiza con tres demonios: Mitractón, Adonay y Adenay- para recibir poderes y luchar en
contra de los españoles que se llevan las riquezas del país. Por ese carácter liberador se le menciona en ciertos testimonios orales como un
antecesor de Zapata.
4 Entrevista realizada por Aquiles Chiu, “Peones y campesinos zapatistas” en Emiliano Zapata y el movimiento Zapatista. Cinco ensayos, varios
autores., SEP/INAH, México, 1980: 143.
5 Entrevista realizada por Victor Hugo Sánchez Reséndiz en marzo de 1993.
6 Entrevista realizada por Berenice Granados Vázquez el 13 y 14 de julio. Emilia Espejo es hija de Agustina, la hermana menor de Josefa Espejo,
esposa de Emiliano Zapata. Publicada en Emiliano Zapata. Vidas y virtudes según cuentan en Morelos, LANMO Editorial/UNAM, México, 2018: 279-281.
Dr. Victor Hugo Sánchez Reséndiz / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Universidad Autónoma del Estado de Morelos