Revista de Divulgación Científico-Tecnológica del Gobierno del Estado de Morelos

Medicina hacia las estrellas

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Figura 1. Boeing 747-SCA el cielo como puente para llegar al espacio.
Centro Espacial Houston, Houston, Texas, EE.UU. (Alejandro Hernández, 2020) 

Alguna vez te has preguntado ¿qué pasa con el cuerpo humano al viajar en un avión?, ¿cuáles son los cambios que experimenta un astronauta en su cuerpo al viajar al espacio?, ¿son cambios permanentes o son reversibles? Estas y otras preguntas son las que se plantea la medicina aeroespacial, un campo de conocimiento que de promoverse, podría representar un gran avance para la investigación y la tecnología de nuestro país. Esta área no se enfoca a la medicina como generalmente la conocemos, es decir, en el cuerpo humano y sus enfermedades en un medio ambiente constante, sino que intenta comprender la función del cuerpo humano y las adaptaciones que sufre al ser expuesto a un ambiente hostil, como las grandes altitudes en la aviación o un ambiente de microgravedad, como en el espacio.

Dentro del campo de la medicina aeronáutica, uno de los problemas más importantes es la falta de oxígeno que se presenta a partir de 3 mil 657.6 metros sobre el nivel medio del mar, en perspectiva, los aviones comerciales vuelan en promedio a unos 11 mil metros. Esto se debe a que, aunque la disponibilidad atmosférica del oxígeno es del 21% en el aire, lo que cambia y disminuye en el ascenso es su saturación, el aire se «adelgaza» provocando que disminuya en el organismo. Entre los efectos que provoca, van desde la disminución gradual de las capacidades y toma de decisiones del aviador, hasta la pérdida del conocimiento; para contrarrestarlo, las aeronaves se presurizan y mantienen por sí solas un flujo de oxígeno constante.

Otro problema es la desorientación espacial. Ante la velocidad y la posición respecto al horizonte de la aeronave, el líquido dentro del oído por el cuál se sensa la percepción y el movimiento de la cabeza, puede sufrir efectos que provocarían que el aviador no perciba los giros o los cambios de altitud de manera adecuada y en conjunto representar un riesgo potencial de accidente; para evitarlo, los pilotos tienen que auxiliarse de otro sentido como la vista y muchas veces ayudarse de sus instrumentos de vuelo.

Respecto al espacio, es interesante que ante la falta de gravedad se presentan una serie de cambios adaptativos en todo el organismo, como la «redistribución de líquidos» que lleva a una gran acumulación de éstos en la cabeza, provocando que la cara este enrojecida e hinchada. Por otro lado, el corazón puede disminuir hasta en un 11% el grosor de su pared y durante periodos prolongados de estancia en el espacio, su masa total disminuye hasta en un 20%.

Otra alteración es en la visión, debido al aumento de la presión en los ojos, que sólo se ha registrado en 20% de los astronautas sin llegar a quedar claro el porqué. También el sistema inmunológico se ve afectado, presentándose una mayor cantidad de infecciones que se han explicado por efectos de la radiación y el estrés inducido por la microgravedad.

Si bien, estos son algunos de los cambios, aún falta mucho por conocer sobre el comportamiento del cuerpo humano tanto en las grandes alturas, como en el espacio, lo que abre un sinfín de posibilidades para el desarrollo médico y científico.

¿Qué tan lejos o tan cerca estamos de los libros o películas de ciencia ficción? Probablemente estemos un poco más cerca que antes, pero continuamos bastante alejados de ese futuro en el que muchos hemos soñado. En materia de medicina aeroespacial, es esencial ampliar el conocimiento, con el fin de predecir qué cambios le suceden a esta máquina perfecta que la evolución nos otorgó, el cuerpo humano, además nos servirán para prepararlo y desarrollar estrategias para prevenir posibles enfermedades con el fin de mantenerlo lo más sano posible en estos ambientes tan hostiles. En definitiva, es la ciencia médica que supera el cielo rumbo a las estrellas.

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Figura 2. La ciencia médica está en los trajes espaciales.
Centro Espacial Houston, Houston, Texas, EE.UU. (Ricardo Martínez, 2020)


Méd. Ricardo Jesús Martínez Tapia / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Méd. Alejandro Hernández Chávez / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

Facultad de Medicina | Universidad Nacional Autónoma de México.