Revista de Divulgación Científico-Tecnológica del Gobierno del Estado de Morelos

Consecuencias catastróficas: Calentamiento Global

Dr. Antonio Sarmiento Galán
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Instituto de Matemáticas de la UNAM

Desde la revolución industrial, la actividad humana ha generado la emisión de gases contaminantes a la atmósfera en muy grandes cantidades; como resultado de ello, el equilibrio térmico de la Tierra se ha alterado severamente. Este desequilibrio se conoce como 'Efecto Invernadero', pues dichos gases alteran la transparencia de la atmósfera e impiden que la Tierra se deshaga de la radiación solar excedente -aquélla que no ha sido utilizada en la generación de vida- aumentando así la temperatura del sistema Tierra-Atmósfera. A partir de 1970 y debido a la insaciable demanda de energía, la emisión de gases contaminantes prácticamente se duplicó.

El panorama es aún más sombrío si se considera que los automóviles son cada vez más populares y que aumentan los usuarios de electricidad producida quemando carbón. La investigación científica del problema ha llevado a una mejor comprensión de los constituyentes de la atmósfera y de varios procesos naturales en la Tierra y el Sol; ello ha permitido identificar a los principales factores que aumentan o disminuyen la retención de calor en el planeta y simultáneamente, cuantificar sus efectos (gráfica 1). Mientras que el Sol contribuye actualmente con un calentamiento adicional de 0.12 W/m2 (watts por metro cuadrado) y las nubes junto con los aerosoles se combinan para restar 1.2 W/m2, los gases causantes del efecto invernadero -como el bióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O)- calientan al sistema con 2.3 W/m2.

Los efectos del aumento en la temperatura de la Tierra son ya evidentes: de la última docena de años, 11 caen entre los 12 años más calientes en los registros de la temperatura superficial global desde 1850. En todo el mundo, los días con temperaturas extremas se han vuelto mucho más frecuentes durante los últimos 50 años (excepto quizá en la Antártida (gráfica 2). El océano ha absorbido la mayor parte del calor atrapado por los gases causantes del efecto invernadero -más del 80%- y es ahí donde el calentamiento ha llegado hasta los 3 kilómetros de profundidad.

Este calentamiento provee un mecanismo que aumenta el número y la fuerza de los ciclones o huracanes que se forman a mar abierto. Adicionalmente, causa que el agua se expanda -la llamada expansión térmica- contribuyendo a un aumento en el nivel del mar de 0.17 metros durante el siglo XX; este fenómeno parece estarse acelerando y la medida más precisa es de 3.1 milímetros por año entre 1993 y 2003. El deshielo en los polos también contribuye al aumento en el nivel del mar; de hecho, la última vez que el Ártico y la Antártida estuvieron cerca de 3ºC más calientes -hace 125 mil años, aproximadamente- el nivel del mar subió cerca de 7 metros debido al deshielo de la capa que cubre Groenlandia.

A escala más localizada, observamos que los glaciares están desapareciendo, las áreas cubiertas por nieve son cada vez menores, las plagas que no soportaban las bajas temperaturas de latitudes medias y altas, están ahora destruyendo los bosques en dichas áreas, muchas especies de animales y plantas están en peligro de extinción, -tanto en tierra como en el mar- pues el calor los hace emigrar en busca de climas menos tórridos y con ello dejan las zonas en donde se encontraban protegidos. En una región cuya temperatura prohibía en el pasado su existencia -la Antártida- han aparecido ahora nuevas especies de plantas.

Las llamadas enfermedades tropicales se propagan por todo el planeta; las carencias de agua en regiones ya de por sí secas, se exacerban al máximo -existe el riesgo de que el Amazonas oriental pase de bosque de lluvia a sabana. Un grado centígrado adicional -debido casi exclusivamente a los gases que ya emitimos en el pasado- ocasionará que el número de personas que sufren escasez de agua en Asia solamente, aumente en mil 200 millones.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, en inglés) advirtió el 14 de Febrero de este año que para el año 2025, dos terceras partes de la población mundial enfrentarán escasez de agua y que de esta fracción, mil 800 millones sufrirán una drástica falta del vital líquido; en lenguaje menos ilusorio, ello significa que mil 800 millones de personas no tendrán acceso al agua necesaria para sobrevivir en el 2025 y que simultáneamente, el 66% de la población mundial deberá subsistir peleando por obtenerla. Para colmo, los gases causantes del efecto invernadero no desaparecen tan rápido como los emitimos, sino que permanecen en la atmósfera por muchos años.

Es necesario realizar esfuerzos para mitigar el problema, se trata de una prioridad inmediata pues nos encontramos en una situación donde ya es demasiado tarde para evitar las consecuencias. La convicción y la participación de todos serán fundamentales y decisivas.

¿Qué posibles soluciones existen ante esta problemática?

Las propuestas, que si bien no nos volverán inmunes, nos harán menos susceptibles al calentamiento global van desde construir barreras al océano hasta cambios en las prácticas agrícolas y en el uso del suelo, pasando por modificaciones en nuestros hábitos individuales en alimentación y recreación. Las consecuencias no serán tan severas si implementamos medidas como disminuir a la mitad el uso de nuestros vehículos y aumentar su eficiencia al doble, reducir el transporte unipersonal y aumentar el masivo; asimismo, disminuir drásticamente la cantidad de energía que usamos para iluminar, calentar o enfriar nuestras viviendas o lugares de trabajo. Cada vez que usemos algún vehículo, que encendamos, algún aparato que funcione con electricidad, que iluminemos alguna habitación, que exijamos productos de otros lugares, que consumamos comida traída de sitios lejanos, estaremos contribuyendo a la quema de algún combustible fósil y con ello, a la liberación de los gases que causan el efecto invernadero.

El informe del tercer grupo de trabajo del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, organismo que aglutina a más de 130 países, concluye que tanto la captura como el almacenamiento del CO2 serán dos elementos críticos en los esfuerzos para combatir los efectos del calentamiento y que, como resulta previsible, el costo será menor mientras más pronto se empiece a atacar el problema en forma articulada: la longevidad de las inversiones en la generación de energía implica que ahora mismo deben tomar las decisiones sobre el destino de dichas inversiones.


Antonio Sarmiento Galán es egresado de la Facultad de Ciencias de la UNAM, en donde curso las licenciaturas en Física y en Matemáticas y la maestría en Física; posteriormente obtuvo el doctorado en Matemáticas Aplicadas en la Universidad de Londres. Labora en el Instituto de Matemáticas de la misma UNAM en Chamilpa, Morelos.