Revista de Divulgación Científico-Tecnológica del Gobierno del Estado de Morelos

El Sueño y el dolor; entre lo sensible y lo agudo.

Dr. Fructuoso Ayala Guerrero / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Unidad de Investigación y Servicios Psicológicos de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos
Archivo: Neurociencias

Durante el sueño, como proceso de dormir, se realizan funciones vitales fundamentales para el organismo. Una de las que con mayor frecuencia se le atribuye al sueño, es la de recuperación física y mental del desgaste que se presenta durante la vigilia. En este proceso intervienen mecanismos metabólicos, hormonales, neurovegetativos, inmunológicos y otros relacionados con funciones cerebrales superiores como el aprendizaje y la memoria.
           El sueño es extremadamente sensible a factores tanto endógenos como medio ambientales. El dolor, constituye uno de los factores que más afecta las características del sueño tanto cuantitativa como cualitativamente. El dolor agudo ejerce un efecto transitorio y reversible, mientras que el dolor crónico induce cambios en la plasticidad neuronal y a nivel molecular, estableciéndose un círculo vicioso entre dolor y trastornos de sueño, ya que el primero altera al segundo y las alteraciones del sueño facilitan la presencia del dolor ocasionando hiperalgesia (sensibilidad exagerada al dolor o sensación elevada a estímulos dolorosos).
        La mayoría de los pacientes con dolor reportan tener sueño poco reparador, sin importar el tipo de dolor que presenten, ya sea fibromialgia (condición que presenta dolores musculares), artritis reumatoide, cefalea (dolor de cabeza), síndrome de fatiga crónica, lumbalgia (dolor de espalda baja), síndrome de intestino irritable, cáncer, etc. En todos los casos se ha observado una relación directa entre dolor e insomnio.
         El sueño y el dolor se relacionan de manera compleja dependiendo del síndrome doloroso y de la situación co-mórbida. A pesar de que no se ha descrito una relación entre el aumento en la distonía cervical dolorosa y alteración del sueño, si se ha observado relación entre la mejoría en la calidad del sueño y mejoría en la distonía que es un trastorno del movimiento.
Se ha observado que los factores edad y género influyen en la percepción del dolor, ya que el insomnio y el dolor crónico son más frecuentes en mujeres y en sujetos mayores de 55 años.
Las características reparadoras del sueño están relacionadas con procesos homeostáticos (equilibrio) que facilitan una mejoría en la cantidad y profundidad del sueño. También intervienen procesos circadianos que influyen para que el sueño se distribuya durante la noche.
         Durante el sueño se incrementa el umbral para responder a diferentes estímulos, por lo que se requieren estímulos más intensos para provocar una respuesta. La percepción de estímulos dolorosos varía de acuerdo a la fase del sueño. El sueño y el dolor comparten ciertos mecanismos neurofisiológicos, por consiguiente el dolor puede alterar los mecanismos reparadores del sueño al afectar sus funciones homeostáticas y alterando su distribución circadiana, así como originando activación del sistema nervioso simpático.
La privación total de sueño provoca aumento de la sensibilidad a estímulos dolorosos mecánicos, regresando a niveles normales cuando se recupera el sueño delta.
La implementación de los estudios polisomnográficos, los cuales se refieren al estudio del sueño, en donde lo monitorean a uno mientras duerme o trata de dormir ha permitido para detectar los efectos más comunes que produce el dolor sobre la organización del sueño:


  • a) Baja eficiencia al sueño
    b) Cambios frecuentes de fase
    c) Incremento en el número de micro despertares y movimientos
    d) Intrusión del ritmo alfa durante el sueño delta
    e) Sueño fragmentado
    f) Falla en la disminución en la variabilidad cardiaca, como se observa normalmente durante el sueño al disminuir el tono adrenérgico.

Estas alteraciones en la calidad y cantidad de sueño inducidas por el dolor, dan como resultado un malestar generalizado durante el día y deterioro de las funciones cognoscitivas reduciendo de manera significativa la calidad de vida del paciente.
El uso de métodos adecuados para mitigar el dolor permitirá el desarrollo apropiado de los patrones de sueño que redundará en una mejoría significativa en la calidad de vida de los pacientes.

 


El Dr. Fructuoso Ayala Guerrero es Biólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México, Maestro en Ciencias de la UNAM, posteriormente estudió el Doctorado en Ciencias en la misma institución. Tiene especialidad en Neurociencias, Lyon, Facultad de Medicina Experimental, Lyon Francia. Asimismo, su estancia Postdoctoral la realizó, en el área de Neurociencias, Facultad de Medicina, Universidad de París Francia. Es investigador Nacional y ha sido profesor de la facultad de Medicina, Psicología y Ciencias, UNAM, de la Facultad de Ciencias Biológicas y Psicología de la UAEM, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo, Brasil y Profesor de varias Universidades del País. En su haber tiene un gran acervo de publicaciones en Inglés, Español, Portugués y Ruso, así como variados trabajos presentados en México, Estados Unidos, Sudamérica y Europa.