El encanto que tienen las aves atrae la atención de los pueblos desde tiempo inmemorial. Comparten con nosotros virtualmente todo en todo el planeta, ya que se pueden encontrar en todos los hábitats naturales y transformados por el hombre.
Para las personas comunes, el canto melodioso, sus brillantes colores y su conducta son fuente de deleite; para los científicos que las estudian, llamados ornitólogos, son un grupo animal que, a lo largo de la evolución, ha adquirido una enorme diversidad, puesto que cuentan con más de 10 mil especies. Poseen una especialización fascinante para desplazarse en el aire, la tierra y el agua, y son un modelo muy útil para entender los procesos evolutivos y ecológicos que han afectado a todos los seres vivos del planeta.
En México habitan más de mil especies y, más de 100, solamente lo hacen dentro del territorio nacional, es decir, son endémicas. La avifauna que se encuentra distribuida en el estado de Morelos tiene representantes de las regiones Neotropical (Sur y Centroamérica), y Neártica (Norteamérica), así como un componente endémico de las provincias del Eje Volcánico Transversal, la Depresión del Balsas y la Planicie Costera del Pacífico.
Los inventarios biológicos son una herramienta básica para determinar la riqueza biótica de una región establecida. Para el caso de las reservas, los inventarios y su evaluación, permiten conocer el estado inicial de la riqueza y los cambios que ésta pueda experimentar en el futuro. Esto constituye un importante instrumento para evaluar el desempeño de la reserva en su función de proteger a las especies que en ella habitan.
Los resultados de las investigaciones, realizadas por el Laboratorio de Ornitología dentro de la Reserva de la Biosfera Sierra de Huautla (RBSH), han sido el registro de 209 especies, que pertenecen a 20 órdenes, 45 familias y 134 géneros. Las familias con mayor representatividad fueron los mosqueros, gavilanes, chipes, calandrias, colibríes y garzas, estas representan el 41.1% de las especies de la Reserva. Por lo que se considera a la RBSH como un importante refugio para la avifauna, ya que representan el 49.0% del estado.
De acuerdo con su estacionalidad 137 especies son residentes, 61 migratorias invernales, 8 residentes de verano y 3 que pasan en tránsito por la región. Por hábitat, la selva baja caducifolia y el bosque ribereño son los que concentran el mayor número de especies.
En relación con su distribución, 19 son endémicas de México, cinco cuasiendémicas, es decir, que presentan una distribución fuera de México no mayor a los 35,000 km2; y 20 semiendémicas, las que son endémicas al país durante una época del año. La RBSH, por su alto endemismo, ha sido reconocida como un Área Importante para la Conservación de la Aves.
Un importante grupo, por su número de especies, son las aves acuáticas, representadas por una riqueza de 38 especies, las cuales requieren de un proyecto de conservación que considere la falta de vegetación acuática en la RBSH, puesto que representa un hábitat para una gran cantidad de especies de aves, más de 100 en el estado, además de que su establecimiento trae beneficios, como es el tratamiento de las descargas de aguas utilizadas.
Entre las especies de aves, que se consideran plagas, tenemos las granívoras y las ictiófagas. En el primer caso se encuentran 17 especies, que también son consideradas aves canoras y de ornato (zanates, tordos, semilleritos y calandrias), así como palomas, que son de importancia cinegética. Las aves ictiófagas causan impacto en estanques en donde se reproducen peces para consumo y ornamentales.
Se considera que las aves plagas, deberán ser controladas con métodos no destructivos, que tomen en cuenta la biología de cada especie y estén de acuerdo con la normatividad establecida.
Las aves de la RBSH que son objeto de actividad cinegética o caza, son las palomas, codornices, chachalacas, gangas y patos; las especies que son utilizadas con más intensidad para esta actividad son la codorniz listada y la codorniz común; las palomas de alas blancas y la huilota común, las cuales son aprovechadas de manera organizada en algunas comunidades de la Reserva.
Culturalmente las aves han sido consideradas como de uso alimentario, ornamental, medicinal, comercial y mágico, las dos primeras formas de uso son las principales. Los pobladores obtienen importantes complementos a su dieta, ya que la carne obtenida representa un aporte de proteínas de alta calidad, la cual es para la subsistencia y no para uso comercial. Algunos usos medicinales de las aves son, como los remedios de corazones de colibrí, para los infantes con problemas de salud recurrentes, o la carne de zopilote para curar enfermedades de la piel.
En la RBSH, de acuerdo con los criterios nacionales establecidos en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, se encuentran 26 especies consideradas en riesgo. La familia con más especies incluidas son las rapaces diurnas con 11 especies, seguido por los búhos con 3 especies, que representan el 53.8% de las especies con este criterio.
Las poblaciones de rapaces son diezmadas por considerarlos agoreros de mala suerte o que depredan las aves domésticas, sin embargo, estos animales son benéficos en el control de plagas de los cultivos. Otra causa de su disminución es el cambio de uso del suelo y la intensificación de los cultivos, por lo que se necesitan proyectos de educación ambiental que sensibilicen a la población de los beneficios de la conservación de las aves y, en general la fauna silvestre.
Dr. Fernando Urbina Torres / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Aquiles Argote Cortés /
Centro de Investigaciones Biológicas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos