La biotecnología consiste en la creación de productos o procesos que tengan usos específicos aprovechando procesos biológicos que ocurren en ciertos organismos vivos. Como otras tecnologías se basa en aplicar el conocimiento generado, en este caso, del funcionamiento de los seres vivos en distintos campos de la ciencia como la medicina y la farmacéutica, en procesos industriales, en la agricultura y producción de alimentos.
Como parte de sus tareas diarias en el laboratorio, los investigadores en el campo de la biotecnología descubren e inventan procesos y productos continuamente, pero desafortunadamente no todos estos descubrimientos llegan al público; la producción y comercialización ocurre solamente cuando tal descubrimiento es asociado con un uso práctico para la población y una compañía lo adquiere para producirlo masivamente y obtener un beneficio económico de él. En el campo de la biotecnología, podría ser mediante un nuevo aparato médico, un medicamento más eficaz, una nueva especie de arroz fortificado con más vitaminas o un nuevo proceso industrial para producir papel, por ejemplo.
La transferencia de tecnología
El proceso que ocurre cuando algún grupo de investigadores comparte el conocimiento científico que generó en su laboratorio, ya sea con otros grupos de científicos o con otras empresas que puedan usarlo para crear productos con él, se llama transferencia de tecnología.
Su principal objetivo es implementar o escalar el proceso de producción de algún producto en otro lugar, con el mínimo de variaciones posibles. Esta actividad representa un vínculo muy importante entre las universidades y la industria, tan importante que incluso casi todo el desarrollo industrial de las grandes industrias farmacéuticas en la actualidad, particularmente las biotecnológicas, depende substancialmente de la transferencia de tecnología de las universidades.
La transferencia y eventual comercialización de productos biotecnológicos también representa el pilar más importante para el establecimiento de empresas locales y por consecuencia tiene un gran número de beneficios como el incremento de la productividad de los investigadores y las instituciones a las que pertenecen, la mejora de la salud pública y un impacto positivo en la economía local.
Los productos y procesos desarrollados en los laboratorios de biotecnología de las universidades son transferidos a la industria de diferentes maneras, por ejemplo: a) cuando los investigadores comunican sus descubrimientos a sus estudiantes, a la comunidad científica y el público en general mediante publicaciones y estas son leídas por inversores o personal de las compañías; b) cuando las universidades proveen consultoría a alguna compañía, como desarrollo de proyectos de investigación o evaluación de propiedad intelectual a cambio de financiamientos para investigación u honorarios.
Actualmente en muchas universidades hay una oficina de transferencia de tecnología con personal que administra las actividades comerciales de sus facultades e institutos.
¿Quiénes son los científicos vendedores?
Los profesionales de la transferencia de tecnología son un grupo de especialistas encargados de ayudar a los investigadores a comercializar exitosamente sus inventos, a entender las necesidades de la industria, participan en la creación de colaboraciones entre laboratorios de investigación e industrias y también trabajan con académicos y estudiantes para asesorarlos en el establecimiento de pequeñas empresas localizando y atrayendo inversores.
Es un hecho que estos profesionales deben tener una sólida formación científica porque deben ser capaces de revisar y evaluar prudentemente la información de una amplia gama de productos desde saborizantes de alimentos hasta innovadores procesos industriales para producir combustibles; pero además estos científicos deben tener un sentido desarrollado para llevar a cabo negocios,
la capacidad de gestionar varios proyectos a la vez, e importantemente deben ser extrovertidos, o resumiendo: deben tener personalidad de vendedor.
Pero un científico no debe actuar como cualquier otro vendedor, ofreciendo y negociando para beneficiar exclusivamente a su compañía; éste debe tener una clara concepción de que la ciencia y transferencia de tecnología deben beneficiar a la sociedad, y en consecuencia ejercer su labor de vendedor en función de las necesidades reales de la población y no solamente de las empresas o del mercado: un “científico vendedor” provisto con estrategias de mercadotecnia social. Si este trabajo fuera efectuado por más científicos interesados y que cubran el perfil, la sociedad se beneficiaría con más productos y servicios biotecnológicos en el mercado.
Una carrera como profesional de la transferencia de tecnología –científico vendedor– representa una gran alternativa para los científicos fuera del laboratorio porque requiere la combinación de su formación científica con la capacidad de hacer negocios. México tiene todo lo necesario para establecer y mantener un sector biotecnológico fructífero y capaz de mejorar la salud pública y contribuir al fortalecimiento de su economía, nutrido por la investigación llevada a cabo en sus universidades; sin embargo, este potencial no ha sido explotado completamente todavía. Una de las principales razones es la falta de vinculación adecuada entre los generadores de conocimiento – universidades y otros centros de investigación en biotecnología – y la industria local, en parte por la carencia de científicos vendedores.
Este problema necesita ser atendido por el gobierno, las universidades y las industrias que necesitan trabajar juntas para llevar a cabo acciones que permitan aprovechar al máximo el mercado de productos biotecnológicos. México sin duda necesita más científicos vendedores y no solamente científicos de bata blanca.
ºQ.F.B. Axell Pineda Molina / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Universidad de Melbourne en Australia