Revista de Divulgación Científico-Tecnológica del Gobierno del Estado de Morelos

Vacunas para COVID-19, un desafío mundial

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El SARS-CoV-2 es el agente causal de COVID-19 que surgió por primera vez en diciembre del 2019 en China. A ocho meses del brote ha infectado a más de 25 millones de personas en el mundo, por lo que se considera que la generación de una vacuna para prevenir la enfermedad de COVID-19 tal vez sea la mejor estrategia para terminar con la pandemia.

Alrededor del mundo se están desarrollando más de 90 vacunas contra el SARS-CoV-2 utilizando diversas estrategias, algunas de las cuales son novedosas y no se han utilizado antes en una vacuna autorizada. Una plataforma ideal para el desarrollo de una vacuna sería que en 16 semanas se obtuviera desde la secuencia del genoma viral hasta los ensayos clínicos, demostrando además que hubo una respuesta inmune consistente y que es factible de ser producida a gran escala, pero esto en la vida real lleva mucho más tiempo. Por ahora, múltiples plataformas están bajo desarrollo, las que tienen mayor potencial están basadas en ADN y ARN, seguido de las producidas con subunidades de proteínas virales, las cuales vamos a explicar más adelante, primero, les vamos a contar un poco de los principios básicos de nuestro sistema inmune y las vacunas.

El sistema inmune adaptativo es el encargado de aprender a reconocer nuevos patógenos, como el coronavirus SARS-CoV-2. Una vez que el virus logra entrar a la célula inicia su multiplicación viral, produciendo nuevos virus que son liberados para infectar más células. Aquí es donde nuestro sistema inmune, a través de las células presentadoras de antígenos atrapan al virus y lo exponen en pedazos para activar a las células T. También contamos con las células B, las cuales generan anticuerpos que bloquean al virus y también lo marcan para que sea destruido por las células T citotóxicas. Tanto las células T como las B, generan «memoria», es decir, reconocen al virus una vez que entra al cuerpo humano por meses o años, generando inmunidad.

Diversos enfoques para el desarrollo de la vacuna para SARS-CoV-2
Todas las vacunas tienen como objetivo exponer al cuerpo con un antígeno (un pedazo de virus) que no genera síntomas o enfermedad, pero provoca una respuesta inmune que bloquea al virus. Actualmente, se están probando al menos ocho diferentes enfoques para lograr producir la vacuna contra el coronavirus.
· Vacunas virales
A nivel mundial, varios grupos de investigación están desarrollando vacunas utilizando al virus SARS-CoV-2 atenuado o inactivado. Muchas de las vacunas que se aplican hoy en día están hechas de esta manera.
· Vacunas utilizando vectores virales
En esta estrategia se utiliza a los adenovirus modificados genéticamente para producir proteínas del SARS-CoV-2 en el cuerpo. Estos virus no generan síntomas y existen dos tipos, los que se pueden replicar dentro de las células y los que no, porque se les han quitado genes fundamentales para su multiplicación en el organismo.
· Vacunas a partir de ácidos nucleicos
Varios grupos de investigación están utilizando ADN o ARN para producir la proteína espiga (spike) del coronavirus y así provocar una respuesta inmune. El ácido nucleico se inserta en las células humanas, luego se producen copias de la proteína viral las cuales se exponen a las células de nuestro sistema inmune para generar memoria.
· Vacunas basadas en proteínas
Con esta estrategia, los investigadores buscan inyectar proteínas del SARS-CoV-2 directamente en el cuerpo. Los fragmentos de las proteínas o las pelotas de proteínas que simulan la cápside de las partículas virales, son las herramientas que se están utilizando para la generación de estas vacunas. La mayoría de los grupos están utilizando la proteína de espiga y estas vacunas ya han sido probadas en monos y todavía no se han probado en humanos.

¿Por qué lleva tanto tiempo la fabricación de una vacuna?

Las tecnologías de las vacunas prototipos actualmente en fases preclínicas o clínicas (plataformas, vectores, entre otros) frente al SARS-CoV-2 son novedosas, lo que implica que deben someterse a rigurosas pruebas de seguridad. En general, la vacuna debe pasar por las fases preclínicas antes de entrar a las fases de ensayos en humanos, y al respecto, los prototipos deben ajustarse a las buenas prácticas de manufactura que garanticen la calidad y la seguridad, y para muchos prototipos preclínicos no se dispone, entre otros, de infraestructuras adaptadas y de personal altamente cualificado para satisfacer esos requisitos. Tras concluir las tres primeras fases de ensayos clínicos en humanos la vacuna pasaría a estudio por las autoridades regulatorias que podrían acelerar los pasos preceptivos previos a la autorización para su uso poblacional.

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Otro aspecto a tener en cuenta en los plazos es el de la capacidad de producción, especialmente si se trata de vacunas que utilicen tecnologías novedosas. Esta capacidad no se improvisa y la construcción de plantas ad hoc lleva un periodo de tiempo no desdeñable. A todo lo anterior habría que sumar el tiempo necesario para la distribución y administración de la vacuna y precisar si se requieren de una o dos dosis.

Como pronto, para su administración a gran escala, se vislumbra un horizonte no menor de seis meses contando desde el 22 de abril, fecha en la que la revista Nature describió la iniciativa 1DaySooner con el fin de reclutar voluntarios para ser candidatos a infectarse después de recibir la vacuna; pero siendo realistas es posible que las vacunas lleguen tarde para la primera oleada, pero pueden ser extremadamente útiles para oleadas adicionales o para un escenario postpandémico en el caso que el SARS-CoV-2 circulara como un virus estacional.


Dra. Elizabeth Castillo Villanueva / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Facultad de Medicina
Universidad Nacional Autónoma de México

Dr. Jorge Antonio Valdivia Anistro / Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Facultad de Estudios Superiores Zaragoza
UNAM